Otro año llega a su fin y es el momento de repasar los mejores estrenos cinematográficos de 2024. En general, ha sido un buen año de cine y se nota que la industria se ha recuperado del mazazo que fue la pandemia. Las huelgas en la industria estadounidense han dejado brillar obras más pequeñas y el cine de autor aparece destacado con grandes triunfos este curso.
Antes de empezar con nuestro top 20, vale la pena destacar que para esta lista se han tenido en cuenta los filmes estrenados en España entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2024, en salas o plataformas. Es decir, todas esas películas que hemos disfrutado en festivales, pero que no han contado con distribución en España se quedan fuera. Del mismo modo, las obras que optaron a todos los premios el curso pasado, pero que no llegaron a estrenarse en España hasta enero o febrero, sí que aparecen en el top. Tranquilos, lo iréis pillando.
Sin más dilación, estas son, para la redacción de Blockbuster Keaton, las 20 mejores películas de 2024.

En Robot Salvaje, Peter Brown teje una fábula moderna que mezcla tecnología y naturaleza con una profundidad emocional que desafía su aparente simplicidad. La historia de Roz (Lupita Nyong’o), una robot que naufraga en una isla desierta y debe aprender a sobrevivir en un mundo hostil, resuena como una meditación sobre la conexión, la empatía y el significado de ser «salvaje» en un mundo que sustituye lo natural por lo artificial. Su estética y su animación son tan únicas como encantadoras. Los trazos simples, pero expresivos, y los colores cuidadosamente seleccionados construyen un paisaje visual que amplifica la belleza intrínseca del relato. Cada fotograma parece una obra de arte diseñada para sumergirnos en la extraña, pero hermosa, convivencia entre lo artificial y lo orgánico.
La narrativa es tan ingeniosa como conmovedora: Brown equilibra con maestría el sentido de fascinación infantil con reflexiones más adultas sobre el impacto del progreso tecnológico y nuestra relación con el entorno. Robot Salvaje es, en última instancia, un canto a la adaptabilidad y la búsqueda de comunidad, recordándonos que incluso los corazones de metal pueden aprender a latir al ritmo de la vida.
Serban Capraru

M. Night Shyamalan nos sumerge nuevamente en el suspense con La Trampa. La premisa es sencilla: un padre y su hija asisten a un concierto de pop, pero pronto se dan cuenta de que algo siniestro se cierne sobre el evento. Josh Hartnett lidera el reparto, aportando un intensidad contenida que eleva la tensión a cada minuto.
Fiel a su estilo, Shyamalan construye una atmósfera claustrofóbica, donde la realidad se distorsiona y las expectativas se subvierten. La película es un recordatorio de su habilidad para transformar situaciones cotidianas en escenarios de terror psicológico. La Trampa es una experiencia cinematográfica que te mantendrá al borde del asiento, cuestionando cada giro narrativo.
Sergi Gilabert

Después de la magnífica reinterpretación del western que nos ofreció Lisandro Alonso con Jauja (2014), el director permaneció en silencio durante diez años hasta el estreno de su ambiciosa y notable Eureka. En esta obra, Alonso transgrede los códigos del western al explorar el género y su origen, presentando un relato tripartito desde la perspectiva de un pájaro. La historia se desarrolla en tres escenarios: un western ambientado en México, un melodrama policial protagonizado por una mujer indígena en el presente y las selvas amazónicas de 1973.
Con Eureka, Lisandro Alonso emprende un arriesgado y audaz vuelo narrativo para mostrarnos que el tiempo y el espacio han trascendido lo relativo; ahora coexisten simultáneamente, y, en el fondo, siempre ha sido así.
Hug Banqué

La mejor baza de El último Late Night es su presentación. Con su pastiche particular de terror y comedia, y un marco narrativo fuera de lo común, nos sumerge en una realidad alternativa donde un programa de televisión perdido de los años setenta se convierte en el escenario de una serie de eventos paranormales más allá de toda explicación lógica. La película juega con el terror de lo analógico y la artificialidad absurda del «Late Night» americano para crear una atmósfera divertida e inquietante que te atrapa desde el primer instante. Su protagonista (David Dalstmalchian), un carismático anfitrión televisivo al borde de la cordura conduce a sus telespectadores a través de una serie de entrevistas con invitados que afirman tener una conexión con el más allá. Si estos son simples charlantes o verdaderos médiums poseídos por fuerzas sobrenaturales queda al criterio del espectador… hasta que la película se decide a poner las cartas sobre la mesa.
El mérito de la película radica en su capacidad para invocar el espíritu de una época, desde la estética hasta la psicología de la audiencia masiva, mientras construye un horror que se siente tan íntimo como expansivo. Aquí no hay sustos fáciles: el verdadero miedo reside en el poder de la sugestión y en la aterradora idea de que, una vez abiertas ciertas puertas, estas no se pueden cerrar.
Serban Capraru

Esta es la deliciosamente retorcida ganadora de la pasada edición de nuestro querido festival de Sitges – dijo él, para nada con la intención de recibir un pase de prensa en 2025. Cuando Acecha la Maldad es una obra de terror rural argentino, un relato que abraza el salvajismo de lo desconocido y el caos primigenio del mal. Ambientada en un paraje donde lo sobrenatural se siente tan natural como la tierra misma y sus gentes, la película nos sumerge en un terror visceral de carne y pústulas. Huye del misticismo habitual de lo demoníaco y explora un enfrentamiento cara a cara con energías oscuras que se propagan como una enfermedad incurable y devastadora.
Esta obra, asimismo, brilla en su crudeza: no hay filtros ni concesiones. Demián Rugna emplea un lenguaje visual que es brutal y poético a la vez, retratando un mundo donde los personajes no pueden escapar de sus decisiones ni de las fuerzas ancestrales que los rodean. Es un recordatorio de que el mal no necesita justificaciones ni un origen complejo. Simplemente existe, y su presencia es tan implacable como aterradora.
Serban Capraru

Cientos de castores es una película difícil de comentar porque se aleja de casi todo lo que hayamos visto. Es una propuesta que lo apuesta casi todo a una sola carta y juega con ella hasta el último minuto. Esta carta es su sentido del humor bruto y macarra, pero tremendamente inteligente. Los gags funcionan por sí solos, pero siempre tienen un remate minutos después que hace que la risa se acentúe por acumulación. Es como si los Monty Python guionizaran un episodio de Bugs Bunny, haciendo así, que su éxito trascendiera el de cortometraje para encajar como un reloj suizo a lo largo de casi dos horas.
Gerard Garrido

Desconocidos es una historia de fantasmas. Los fantasmas del pasado que se nos presentan en forma de recuerdos: decisiones, personas, momentos… todo aquello que una vez estuvo en nuestra vida y, ahora, nos persigue con su ausencia. Andrew Scott interpreta, con una fragilidad abrumadora, un hombre que es un juguete roto y es que Desconocidos es una película frágil, al borde del melodrama lacrimógeno sin pasarse, consiguiendo capturar esos momentos que, en cuanto los pensamos, ya no están.
Andrew Haigh captura, como nunca, lo que es una mente rota. Ubicando la acción en esos puntos de inflexión en la vida en que nada parece tener sentido y sólo nos queda aferrarnos a la nostalgia. Haigh coquetea con el cine de género con un realismo mágico que asombra por su belleza y subraya el impacto emocional de la historia. Desconocidos es, desde ya, un drama queer de culto por derecho propio.
Gerard Garrido

Cuando pensabas que el universo Marvel no podía sorprenderte más, llega Deadpool y Lobezno, una combinación explosiva de humor irreverente y acción desbordante. Ryan Reynolds retoma su papel como Deadpool, aportando su característico sarcasmo y rompimiento de la cuarta pared, mientras que Hugh Jackman regresa como Lobezno, ofreciendo una química en pantalla que oscila entre la camaradería y la rivalidad. La trama, inicialmente envuelta en misterio, nos lleva a una misión que desafía las leyes del multiverso, con referencias metatextuales y guiños constantes a la cultura pop. La dirección de Shawn Levy equilibra la comedia y la acción, entregando escenas memorables que deleitarán a los fanáticos de ambos personajes.
Sergi Gilabert

La tercera edad no es la última, y sino que se lo digan a cineastas que han estrenado películas este año como Clint Eastwood, Ridley Scott o, el director de Furiosa: De la Saga Mad Max, George Miller. El director australiano vuelve a su emblemática saga, esta vez para dejarnos una historia de familia, venganza y, por supuesto, motor.
Seguramente, todo el mundo esperaba una precuela del estilo de Mad Max: Furia en la carretera (George Miller, 2015), pero es imposible que el reto se te quede grande si nos comparamos con la película protagonizada por Tom Hardy y Charlize Theron, una de las mejores películas de acción de todos los tiempos. Quizá por ello, en Furiosa: De la saga Mad Max, destaca tanto el uso del CGI en comparación con su predecesora. Pese a ello, y sin querer equipararlas, Miller consigue realizar una de las películas más originales del año; con un estilo inconfundible y una Anya Taylor-Joy en estado de gracia.
Raúl Navarro

Parecía que un biopic sobre Los Planetas podría desafinar, pero, como dice Isaki Lacuesta, esto NO es una película sobre la banda, sino sobre sus recuerdos. A través de una narrativa episódica e hipnotizante, Lacuesta transgrede el género del biopic musical para ofrecernos algo más: un álbum visual. Esta obra incluye las mejores canciones del grupo y presenta historias que no dejan indiferente ni al público más fanático ni a quienes no conocían la banda.
Segundo Premio ha logrado un milagro: ha convertido la música en un arte táctil, rompiendo su invisibilidad de la forma más bella posible, permitiendo al público tocar y sentir la voz de Jota mientras la disfruta. Isaki Lacuesta ha hecho de Los Planetas algo universal, y es que no hay nadie mejor que el director gerundense para crear universos como este.
Hug Banqué

Nicolas Cage regresa a la comedia surrealista con Dream Scenario, donde interpreta a Paul Matthews, un profesor de biología evolutiva cuya vida anodina da un giro cuando comienza a aparecer en los sueños de desconocidos. Lo que inicia como una curiosidad se convierte en una pesadilla mediática, explorando la delgada línea entre la fama y la infamia.
La dirección de Kristoffer Borgli, respaldada por la producción de Ari Aster, ofrece una sátira mordaz sobre la cultura de la cancelación y la obsesión contemporánea con la celebridad. Cage brinda una interpretación que oscila entre lo cómico y lo trágico; recordándonos por qué sigue siendo una figura fascinante. Dream Scenario es una reflexión ingeniosa sobre la fama involuntaria y sus consecuencias.
Sergi Gilabert

¡Tenemos nuevo clásico navideño! Y es que Alexander Payne elabora una oda a los marginados, a los olvidados y a los parias sociales que se siente, a la vez, como una mordaz crítica al «stablishment» y como un chocolate caliente frente a la chimenea. Los que se quedan es una película que apuesta todo a lo entrañable de sus personajes y a una puesta en escena reminiscente del cine setentero. Otra de tantas historias de familia encontrada, pero que, sin revolucionar el medio, consigue hacerlo todo bien y arrancar carcajadas y lágrimas a partes iguales.
Gerard Garrido

Imagina un Estados Unidos sumido en una guerra civil futurista, donde un grupo de periodistas se aventura en un viaje peligroso hacia Washington D.C. para entrevistar al presidente antes de su posible derrocamiento. Alex Garland, conocido por su habilidad para crear atmósferas inquietantes, nos sumerge en un relato distópico que refleja las tensiones contemporáneas llevadas al extremo. Kirsten Dunst lidera el elenco con una actuación que equilibra vulnerabilidad y determinación, acompañada por un sólido reparto que incluye a Wagner Moura y Cailee Spaeny. La cinematografía de Rob Hardy captura la desolación de un país fracturado, mientras que la banda sonora de Ben Salisbury y Geoff Barrow intensifica la sensación de urgencia y peligro. Civil War es una reflexión provocadora sobre la fragilidad de la democracia y el papel de los medios en tiempos de conflicto. Una obra que invita a cuestionar la realidad y las posibles consecuencias de la polarización extrema.
Sergi Gilabert

Imagina reunir a toda tu familia para un idílico fin de semana en Cadaqués, solo para ver cómo las tensiones acumuladas prenden fuego a la fachada de armonía. Eso en una tragicomedia que desnuda las complejidades de las relaciones familiares con una honestidad brutal y un humor afilado.
Emma Vilarasau encarna a Montse, una madre empeñada en revivir la unidad familiar, mientras que Enric Auquer y Macarena García lideran el resto de un reparto que equilibra lo hilarante con lo desgarrador. La dirección de Dani de la Orden captura con precisión la belleza de la Costa Brava; contrastando con el caos emocional que se desata en el interior de la casa. Casa en llamas no es solo una película, es un espejo que refleja las dinámicas familiares que preferimos ignorar. Es una obra que te hará reír, llorar y, quizás, replantearte tu próxima reunión familiar.
Sergi Gilabert

Que no os engañen: el verdadero «Lisan al Gaib» es Denis Villeneuve. Pese a tener entre manos una de las novelas de ciencia ficción más densas y profundas que existen, el canadiense ha conseguido realizar un díptico ejemplar. Esta segunda parte bebe mucho, y bien, de la primera, pues se complementa a la perfección y consigue ampliar todo su universo, dotándolo, incluso, de una mayor épica y trascendencia. Nunca un Blockbuster – si es que se puede calificar la película como tal – había sido tan bien cuidado y ejecutado.
Todo gracias al dream team formado por el propio Villeneuve, la fotografía de Graig Fraser, la música del maestro Hans Zimmer y las interpretaciones principales de Timothée Chalamet y Zendaya. Y si, además, cuenta con un reparto secundario de lujo, con grandes nombres consagrados y estrellas jóvenes, pues se convierte en una película redonda y una de las mejores del año. Lástima que los académicos y la prensa de Hollywood solo empiecen a ver películas a partir de mayo, porque si no estaríamos hablando de una seria candidata a llevarse muchos trofeos importantes en la temporada de premios americana.
Raúl Navarro

Cuando se intenta retratar el horror del Holocausto, el cine siempre se ha topado con debates éticos e ideológicos. ¿Es La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993) panfletaria? ¿Es realmente el travelling de Kapò (Gillo Pontecorvo, 1959) una cuestión moral? Jonathan Glazer toma, en La zona de interés, una decisión radical de puesta en escena moral: plasmar el día a día de la familia de un oficial nazi, encargado de un campo de concentración, con el horror siempre fuera de campo.
Los cuidados jardines de los simpatizantes del partido nacional-socialista no logran disimular la humareda que asoma tras las vallas y la banalidad con la que se discuten cuestiones burguesas y cotidianas revuelve el estómago tanto como la imagen más cruel. La puesta en escena es autoconsciente, sobria y estática; y el diseño de sonido es uno de los trabajo más radicales nunca vistos sobre el fuera de campo. La secuencia final, con los claroscuros de una escalera profundamente alegórica, ya es historia del cine.
Gerard Garrido

Sean Baker es todo corazón. El cineasta de Nueva Jersey añade un nuevo capítulo en su viaje por el sueño americano con su película más completa hasta la fecha. Emocional e imprevisible a partes iguales, se trata de una de esas películas que vale la pena ver sin saber nada de ellas y dejarse llevar por su universo. Baker baila entre el romance, la comedia de situación y el drama, dominando con maestría cada uno de los géneros.
Aunque, para hablar de Anora, hay que hablar de la actriz cuyo personaje da nombre al film. Mikey Madison está impresionante en su papel de «Cenicienta», dotando de matices cada una de sus intervenciones, discurriendo entre la inocencia, el carácter y la amargura. Huele a Oscar (si Karla Sofía Gascón y Demi Moore se lo permiten). Vale la pena destacar, también, a Yura Borisov, que pasa de ser el personaje secundario del personaje secundario a ofrecernos alguna de las escenas más desgarradoras del año. El mundo del cine necesita más Sean Beakers, que nos brinden historias de actualidad, originales y frescas, con personajes profundos y mundanos.
Raúl Navarro

Yorgos Lanthimos nos sumerge en un mundo de fantasía y ciencia ficción con Pobres Criaturas, una adaptación de la novela de Alasdair Gray. La historia sigue a Bella Baxter, interpretada magistralmente por Emma Stone, una joven revivida por el excéntrico científico Dr. Godwin Baxter, encarnado por Willem Dafoe. La narrativa explora temas de identidad, libertad y la búsqueda del conocimiento, mientras Bella se embarca en una odisea por diferentes continentes, desafiando las convenciones sociales de su época. La dirección artística y el diseño de producción crean un universo visualmente cautivador, complementado por una banda sonora que realza la atmósfera onírica del filme. «Pobres Criaturas» es una exploración audaz de la naturaleza humana y la emancipación femenina, consolidando a Lanthimos como un maestro del cine contemporáneo.
Sergi Gilabert

Nadie retrata, en la actualidad, las inquietudes sexuales de los jóvenes como Luca Guadagnino. De los melocotones de Call Me by Your Name (2017) a los mordiscos antropófagos de Hasta los huesos (2022), el cineasta siciliano dibuja el huracán hormonal de la juventud con una precisión y una mala leche únicas. En Rivales, Guadagnino, a través de la boca de Zendaya, estipula que sexo y tenis son lo mismo; o, dicho de otro modo, que las relaciones son, ante todo, competición.
Toda la película es exceso, como si de un orgasmo furibundo se tratara, y las interpretaciones, el montaje y la banda sonora ravera de Reznor y Ross están a la altura del clímax constante que marca el guion. Guion que, por cierto, firma Justin Kuritzkes, pareja de Celine Song, por lo que hace una buena sesión doble de triángulos amorosos con Vidas Pasadas (Celine Song, 2023). Eso sí, no recomendada para ver en pareja si la relación es frágil.
Gerard Garrido

La mejor película del año no podía ser otra que la fábula multigenérica de Coralie Fargeat. Esta comedia con elementos de body-horrores es el lienzo en el que la cineasta francesa ha plasmado todas las temáticas más relevantes del último lustro (género, medios de comunicación, inmediatez, belleza, redes sociales…). Con unas Demi Moore y Margaret Qualley estelares, La Sustancia ha generado, a partes iguales, elogios de la crítica y memes en redes. Una puesta en escena desvergonzada y una premisa genial bastan para alquimizar el fenómeno cinéfilo del año.
Resulta increíble pensar que este filme compitió por la Palma de Oro en el festival de Cannes y ganó el premio a mejor guion. No por falta de méritos, sino por lo radical y grotesco de su visión y por la americanización de uno de los nuevos talentos del cine de género francés (hablamos de la propia Fargeat). Una película imperdible que todo el mundo debería ver; ya sea con horror o a través del disfrute más absoluto.
Gerard Garrido