Las barritas energéticas son snacks compactos diseñados para proporcionar un impulso rápido de energía. Estas tienen sus raíces en la década de 1960, cuando fueron desarrolladas como una fuente compacta de nutrición para astronautas de la NASA. Sin embargo, su popularidad creció en los años 80 y 90, coincidiendo con el auge del fitness y la preocupación por la nutrición deportiva. Desde entonces, han evolucionado para satisfacer diversas necesidades dietéticas y gustos, ofreciendo una amplia gama de sabores y combinaciones de ingredientes. Hoy en día, son un elemento básico en tiendas de alimentos saludables y son utilizadas por deportistas, excursionistas y personas ocupadas que buscan un impulso rápido de energía.
¡Qué pasa, Keatoners! Sí, lo sé, suena fatal. Pero como cada vez sois más los seguidores de este nuestro querido blog necesitábamos poneros un nombre. Que no os engañen los casi 10 likes que tenemos por publicación en Instagram, sabemos que muchos nos leéis de forma clandestina. No os avergoncéis, que no mordemos. Nuestros padres también leían revistas porno a escondidas y míralos ahora, tan felices mirando Masterchef.
Realmente el tema de los fandoms es interesante. Puedes ser fan de alguien inalcanzable como tu cantante favorito o tu deportista favorito o de alguien muy cercano a ti, ya sea amigo, conocido o familiar. Incluso te puedes llegar a enamorar de una persona a la que admiras. O, rizando el rizo, tú y tu mejor amigo admiráis a la misma persona y os acabáis enamorando de ella. Y sino que se lo pregunten al dúo formado por Art Donaldson (Mike Faist) y Patrick Zweig (Josh O’Connor) que caen rendidos en la red, en este caso tenística, de Tashi Duncan (Zendaya) en Rivales, la nueva película de Luca Guadagnino.
Ubicada en el mundo altamente competitivo del tenis de élite, la trama sigue a Tashi, una exjugadora que ahora ejerce como entrenadora. Ha logrado llevar a su esposo, Art, a la cima al convertirse en campeón de varios torneos del Grand Slam. Sin embargo, después de una serie de derrotas, decide inscribirlo en un torneo Challenger, de nivel más bajo. En este evento, se enfrenta a Patrick, su antiguo mejor amigo y ex novio de Tashi, lo que genera una serie de tensiones y complicaciones en la relación entre los tres personajes.
Hace unos días saltaba el rumor por las redes de que Tom Holland y Zendaya se estaban planteando casarse, después de casi 8 años de noviazgo. Creo que, sin lugar a dudas, Tom habrá visto la película y se habrá cagado encima. La química y sensualidad que desprende el trío protagonista traspasan la pantalla y son el gran motor de la película de Guadagnino. Realmente ellos son el alma del filme, con tres interpretaciones más que sobresalientes y posiblemente nominables en la temporada de premios. De los tres, destaca la actriz de series como Euphoria o películas como Dune que, en su primer gran papel protagonista en un largo, enamora y brilla con luz propia.
Y es que el director italiano sabe hacer películas sexys como nadie. Y si os digo la palabra melocotón creo que todos sabéis de qué hablo. Si no contamos los primeros proyectos del director, todo empezó con esa Call me by your name (2017) que nos descubrió a Timothee Chalamet, aunque los reals ya lo teníamos fichado desde Interstellar (2014). También debía ser el papel cumbre de Armie Hammer, que cuando veíamos en el film que se quería comer a Chalamet ya no sabemos si era literalmente o no. La cosa es que Guadagnino puso su nombre en el mapa y a la crítica de su lado, victoria de la estatuilla dorada al mejor guión incluida por el libreto de James Ivory.
A partir de ahí, lo fichó Amazon y su carrera ha ido tambaleándose, con algunos aciertos y errores, las aceptables Suspiria (2018) y Bones and all (2022) han precedido a Rivales y, si algo se puede decir de esta última, es que es fácilmente su mejor filme hasta la fecha. Realmente el director toma muy buenas decisiones en forma de ritmo y giros dramáticos. El ritmo sin lugar a dudas lo aportan los siempre excelentes Trent Reznor y Aticus Ross. Los compositores de confianza del mismísimo David Fincher firman en este caso una partitura con la que serían dignos headliners de cualquier festival electrónico como el Brunch o el Soundiit. Las bases techno del dúo estadounidense te golpean cual pelota de tenis en un ace y te sumergen de lleno en la historia.
Del también brillante guión se encarga Justin Kuritzkes qué, para quién no lo sepa, es el marido de Celine Song, directora y escritora de Past Lives (2023). Otra película sobre los dilemas emocionales alrededor de un trío amoroso. No lo sé Rick, quizá deberían abrir la relación y apostar por el amor libre, digo yo. En cualquier caso, sin lugar a dudas nos encontramos ante una de las películas del año por lo completa que es. Aun así, se prevé una taquilla bastante escasa por no ser, a priori, una película lo suficientemente palomitera para el público medio. ¿Aguantará el set Guadagnino? Esperemos que aún le quede algún revés guardado.
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