Estrenamos nueva sección mensual con Blockbuster Keaton TOPS. La premisa es sencilla: un top 10 cada mes que englobe nuestras películas favoritas pertenecientes a alguna categoría en concreto. Este mes de abril nos estrenamos con nuestras ganadoras del Oscar a mejor película favoritas. El equipo de redacción de este blog ha decidido cuales son esas películas para las que sí que hubo justicia. Esas obras maestras que la industria supo reconocer.
Antes de entrar en el top con las 10 películas seleccionadas, y sus correspondientes justificaciones, vale la pena mencionar cinco películas que se han quedado a las puertas de esta lista y que, desde Blockbuster Keaton, recomendamos encarecidamente. Las menciones de honor, pues, van para Casablanca (Michael Curtiz, 1943), West Side Story (Robert Wise, Jerome Robbins; 1961), El cazador (Michael Cimino, 1978), El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) y No es país para viejos (Ethan Coen, Joel Coen; 2007).
Ahora sí, arrancamos con el top 10, no sin antes recordar que esta lista es subjetiva y fruto de la experiencia compartida entre la redacción de este blog. El objetivo es recomendar grandes películas y destacar sus virtudes. Si consideras que alguna injusticia se ha cometido en la redacción de este artículo, háznoslo saber a través de nuestras redes sociales.
10. Oppenheimer (Christopher Nolan, 2023)
La flamante ganadora de este año. En la actualidad, si buscas la palabra cine en el diccionario, seguramente encuentres la cara de (Sir) Christopher Nolan en él. Por cómo adora el séptimo arte y por cómo lo traslada a sus películas, donde cuida hasta el más mínimo detalle. Sonido, dirección, guion, edición, cinematografía, diseño de producción… En cualquier aspecto de una película suya es reconocible su sello, y eso es lo que lo convierte en uno de los autores más genuinos y brillantes de su generación. Por no hablar de su “odio” a los efectos digitales y de sus guiones en papel rojo y tinta negra para evitar ser fotocopiados. Uno de estos fue el que recibió Cillian Murphy para interpretar al protagonista homónimo de la película que nos acontece. El actor irlandés nos regala una de las mejores interpretaciones de los últimos tiempos con un retrato contenido, pero a la vez entregado del padre de la bomba atómica. El resto del cast también brilla con luz propia en una de las mayores reuniones de estrellas cinematográficas sólo comparable a Avengers: Endgame (A. Russo, J. Russo; 2019). Hoyte van Hoytema maneja las IMAX con gran destreza y Ludwig Göransson hace que nos olvidemos del mismísimo Zimmer con su delicada partitura. Puede ser que Nolan aún no haya descubierto como viajar en el tiempo, pero de momento nos conformamos satisfechos con sus investigaciones sobre ello en forma de película.
Raul Navarro
9. El señor de los anillos: El retorno del rey (Peter Jackson, 2003)
El culmen de uno de los mayores hitos de la historia del cine. El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien era una novela que parecía inadaptable para el cine y, en una de las decisiones más arriesgadas de todos los tiempos, se le otorgó la responsabilidad del encargo a Peter Jackson. Ahora, Jackson es un titán del Blockbuster, pero antes de La comunidad del anillo, era un director de películas de serie B. El neozelandés vio el proyecto en su cabeza y tomó todas las decisiones correctas, desde el casting hasta la banda sonora de Howard Shore, todos los elementos técnicos y narrativos reman a favor de la historia.
Recordemos que El retorno del rey es la tercera entrega de la saga y aprovechó el hecho de que las dos primeras perdieran el Oscar contra películas inferiores (Una mente maravillosa y Chicago) para arrasar en la 76ª edición de los Oscar. Once premios de un total de once nominaciones marcan el récord a más estatuillas acaparadas por una cinta, empatando con Ben-Hur (William Wyler, 1959) y Titanic (James Cameron, 1997).
Gerard Garrido
8. Todo a la vez en todas partes (Daniel Kwan, Daniel Scheinert; 2022)
Si Parásitos (Bong Joon-ho, 2019) abrió la ventana de los Oscar, Todo a la vez en todas partes entró por ella y dio una patada voladora en el cuello a Steven Spielberg. “Todo a la vez” arrasó en la gala por dos razones. La primera, es una película que te recuerda lo increíble que puede ser el cine mientras te hace sentir mil cosas. Puedes imaginarte a los miembros de la academia viéndola y teniendo su propia versión de la escena del crítico de Ratatouille (Brad Bird, 2007). Pero tampoco vamos a engañarnos, la gala tiró hacia una opción más popular porque estaban perdiendo audiencia tras un par de ediciones absolutamente soporíferas. ¿Se merecía Todo a la vez en todas partes el Oscar a Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Montaje? Absolutamente. ¿Mejor Actriz de Reparto a Jamie Lee Curtis? Pues lo mismo no. Dicho eso, sigue siendo una de mis películas favoritas y prefiero que le den premios de más que de menos. …Aunque viendo que “solo” ha llegado al octavo puesto en este ranking igual tengo que tomarme 5 días para plantearme mi dimisión de Blockbuster Keaton.
Francho Calahorra
7. La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993)
¿Cómo no iba a estar el maestro Spielberg en nuestro top 10? Padre de blockbusters, creador de mundos cuyas ideas aún siguen influyendo a los cineastas hoy día; sólo ganó la estatuilla dorada a mejor película con La lista de Schindler. Seguramente es, junto a Hitchcock y Scorsese, uno de los directores más infravalorados por parte de la academia. Mientras Marty ganó su Oscar con una de sus peores películas (si es que se puede considerar Infiltrados (2006) mala), Spielberg lo consiguió con su obra maestra. Durante sus más de tres horas de duración, consigue dejarnos clavados en el asiento, con la piel de gallina y las mejillas llenas de lágrimas. Todo adobado con una sublime banda sonora del maestro Williams, del que estamos acostumbrados a su grandilocuencia y epicidad en la música fílmica y, en este caso, dibuja una partitura sutil que es casi un grito ahogado hacia el horror de esa época. Nunca veremos igual a Ralph Fiennes después de su interpretación del comandante Göth en la que es, posiblemente, la mejor interpretación de su carrera. Hasta un Liam Neeson acostumbrado a que secuestren a su hija brilla como Oskar Schindler. Y es que simplemente por el hecho que una niña con un abrigo rojo, en medio de una Varsovia en blanco y negro, se quede en nuestra retina, quiere decir que estamos ante una de las mejores películas de la historia.
Raul Navarro
6. Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia) (Alejandro G. Iñárritu, 2014)
Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia) es una de esas experiencias cinematográficas que te marcan. Más allá del famoso falso plano secuencia a partir del que se articula la película, esta nos muestra los entresijos del mundo actoral y el frenético detrás de bambalinas del mundo del teatro. La problemática de quedarte encasillado en el papel que te hizo famoso hace años, la depresión, el ritmo frenético acompañado de esa perenne batería que no deja de sonar, son algunas de las cualidades que hacen de Birdman una experiencia que, cinematográficamente hablando, vemos una vez cada veinte años, y que consagran a directores, como en el caso de Alejandro G. Iñarritu. La película, además, devolvió al estrellato a un actor como Michael Keaton, en un ejercicio metacinematográfico que hacía encajar el personaje principal con la figura del actor que lo encarna: un Keaton que, hasta su unión con el director mexicano, nunca pudo alejarse de la imagen de ser Batman. El colmo de la ironía sucedió tres años más tarde, cuando Keaton encarnó a Buitre en Spider-man: Homecoming (John Watts, 2017), dando la razón a la visión tremendista de Iñárritu.
Sergi Gilabert
5. El padrino: Parte II (Francis Ford Coppola, 1974)
Si El padrino cambió la visión del cine criminal para siempre, su segunda parte revolucionó el prestigio de las secuelas. Hace cincuenta años, las únicas películas que gozaban de continuación eran películas consideradas menores, de puro entretenimiento. Sagas como El planeta de los simios o James Bond eran todo a lo que aspiraban los estudios que apostaban por continuar sus historias. La continuidad estaba reservada a la televisión. Pero después del éxito de crítica y recaudación de la primera entrega del clan Corleone, parecía una apuesta segura confiar en Francis Ford Coppola para construir la mejor secuela/precuela de todos los tiempos. De aquí nació la frase «segundas partes nunca fueron buenas, excepto El padrino: Parte II.
Por razones evidentes (y para alivio del equipo) ya no se contaba con Marlon Brando entre el reparto, y la versión joven de Vito Corleone se le confió a un joven Robert De Niro que venía de brillar en Malas calles, de Martin Scorsese. Toda la trama de ascenso de Vito (hablada prácticamente al completo en italiano), dialoga a la perfección con la situación de su hijo Michael una vez se convierte en Don Corleone. Si El padrino lo era todo, su segunda parte lo es más. Pacino está mejor, Gordon Willis recrea iluminaciones más imposibles, el guion es más shakespeariano… La gente bromea sobre lo mala que es El padrino: parte III, pero es una buena película que se mide con dos colosos insuperables.
Gerard Garrido
4. Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975)
Alguien voló sobre el nido del cuco ha sido siempre un film muy particular para ganar el Óscar. Nunca antes a ninguna película tan atrevida sobre la salud mental y los vínculos en un manicomio se le había entregado un galardón tan prestigios como el que la Academia entregó a Michael Douglas (productor de la cinta) en marzo de 1976.
Para el recuerdo, esa mítica banda sonora de Jack Nietzsche junto a las tiernas interpretaciones de todo el elenco de internos, que se mezclan con otras muy perturbadoras como la de Louise Fletcher. Todos estos personajes (liderados por una de las mejores versiones de un Jack Nicholson colosal), junto a esa melodía que traspasa toda la película, transmiten una emotividad que apuñala a todo espectador. Espectador que seguramente antes de empezar el film estaba lleno de prejuicios, pero la película de Miloš Forman no solo tiene el don de erradicarlos, sino también de perdonarlos, que también es muy importante.
Hug Banqué
3. El padrino (Francis Ford Coppola, 1972)
Francis Ford Coppola dirige sus películas como si se trataran de óperas. Es incapaz de no dotar sus imágenes de una grandilocuencia epopéyica. Si sus ambiciones se juntan con las mayores estrellas de los años setenta, la fotografía de Gordon Willis y la banda sonora de Nino Rota, el resultado es la mejor película de encargo de la historia.
Las imágenes y los diálogos de El padrino trascienden el medio y han calado en la cultura popular. Desde el gato al que acaricia Marlon Brando (que solo aparece en una escena -el gato, digo, no Brando-), hasta la cabeza de caballo manchando de sangre las sábanas de seda de un productor de Hollywood, pasando por la profética aparición de las naranjas que anticipan la muerte de un personaje. Cada segundo de la cinta parece grabado en piedra en los anales de la historia del cine.
Los personajes de Puzzo y la visión de un Coppola enajenado dan como resultado una historia compleja y más grande que la vida, que se aleja del cine y mira a los ojos a los mitos griegos y las tragedias shakespearianas. El padrino: Parte II y Succession, dos de las mejores cosas que le han pasado a este mundo, no existirían sin El padrino.
Gerard Garrido
2. El apartamento (Billy Wilder, 1960)
Ya dijo Fernando Trueba que él le rezaba a Billy Wilder. Y no es para menos, pues el realizador brilla tanto en su función de director como en la de guionista (a cuatro manos junto a I. A. L. Diamond) en este clásico de 1960. Toda la película se sustenta en un guion férreo que mezcla la comedia más tierna con un poso profundamente deprimente. El film solo puede funcionar con las interpretaciones de un Jack Lemmon y una Shirley MacLaine en estado de gracia, encarnando a dos de los personajes más entrañables de la historia del cine.
El apartamento es una historia de amor sin beso, que hace uso de una ironía acidísima para reírse de lo injustos que son la vida y el amor. Toda la maestría de Wilder como director está al servicio de hacer brillar unas líneas de diálogo memorables – MacLaine mencionando que le gusta que su espejo este roto porque la hace verse cómo se siente mientras vemos desconfigurar su rostro a Lemmon – y a un tono tan agridulce como el cerdo que siempre pedían Kubelick y Sheldrake en su mesa del restaurante chino.
Gerard Garrido
1 Parásitos (Bong Joon-ho, 2019)
Parásitos es la razón por la que veo los Oscar. En 2024 estamos empezando a confiar en una gala más abierta e inclusiva con cine distinto, pero esto en 2020 era otra historia. Veníamos de un año en el que la estatuilla a mejor película se la había llevado una opción increíble (en el peor sentido de la palabra): Green Book (Peter Farrelly, 2018). Obra que, para empezar, fue nominada por motivos completamente aleatorios. Por eso nadie esperaba que Parásitos ganase en 2020. Parásitos ganando la misma estatuilla que ganaron Green Book o Crash (Paul Haggis, 2005) sería como si Stephen Hawking ganase el mismo galardón que Risto Mejide, una idea loquísima mientras no existan los Premios Pederasta (Blockbuster Keaton no se hace responsable de las palabras de su colaborador Francho Calahorra). Pero Parásitos ganó. Desde entonces yo y mucha más gente hemos seguido las galas con un poquito más de ilusión, que cada año se ha visto más recompensada. Parásitos es una obra magistral, pero su legado es ser la película que abrió la ventana de los Oscar. Y menos mal, porque empezaba a oler a cerrado.
Francho Calahorra
Así queda el primer top mensual de Blockbuster Keaton. Hacednos saber vuestras opiniones. ¿Hubieseis metido a Green Book? ¿Falta cine clásico? ¿Los tres minutos de ganador de La La Land la acreditan para aparecer en este top?