(un vídeotexto imagenado)

de Rin y Olafur Anthead

en agradecimiento a:

mis padres, Chris Moya, Rafa Castañer, Iván Díaz Sancho, 

Gerard Gil, Thursa Vernall II, Perejaume y Alan Moore

14-16 enero de 2024 d.C.

al Cine Comedia de Barcelona, sus trabajadores, su gente y a todas las películas proyectadas en sus salas

EL CIERRE DE OTRO CINEIMAGENARIO por Thursa Vernall II

allí donde las palomitas fosilizadas en rincones imposibles estallan relucientes como formidables muelas cariadas

allí donde los chicles resecos pegados en las esquinas de los asientos atraviesan dimensiones rememorando besos, lenguas, toses, risas y llantos secretos 

allí donde mora el celuloide deshilachado como una momia enlatada que nunca se gasta

allí donde moran las imágenes que se ven desde el estómago

allí donde se desprenden las ausencias en Technicolor

allí donde moran las imágenes que dejan de verse

allí donde moran las imágenes que se devuelven

allí donde moran las imágenes imagenadas

allí donde mora lo que nunca fue y que duele más que el recuerdo, que la imagen

allí donde moran los sonidos de las cosas que aceleran el corazón

allí donde la memoria fílmica estratificada resuena durante eones en las paredes de la ciudad de un cine cerrado

allí donde moren las entradas

y sus salidas…

allí

ahí

en el cine

FLASHBACK DESDE EL PRESENTE PARA EL FUTURO

Si el tiempo es un bloque físico inmutable cuadrimensional edificado con todo lo sucedido, todo lo que sucede y todo lo que sucederá como si se trataran de arcos erigidos en una catedral o el rollo de un celuloide, uno puede desplazarse al anteayer o al pasado mañana de la misma forma que camina hacia una calle o hacia otra o se desplaza de una escena a otra con las manos. Si eso es cierto y lo logramos, os invitamos a que nos acompañéis al domingo 14 de enero. Vamos a entrar al Cine Comedia. Está abierto. Sigue abierto.

Si todavía no hemos logrado la forma de acceder a la dimensión del tiempo para transitarla caminando, podemos usar una máquina del tiempo parecida a la que había en el Metropolitan Cinemaway en 1911 casi al lado de donde está el Cine Comedia ahora. Tan solo hay que caminar unos pasos hacia Gran Vía y unos pasos más hacia el siglo pasado. 

Este cine pionero precursor y orgulloso “tatara-iaio” del Cine Comedia contaba con una sala en forma de vagón de tren con un sistema fundacional de proyección y sonido, así como de ambientación de sala. Las películas que se proyectaban eran viajes en tren, tranvía y ferrocarril filmadas desde las respectivas locomotoras. El cine ya no esperaba la llegada de un tren y la documentaba. El cine era el tren y los espectadores sus pasajeros

Se sentaban en sus respectivos asientos y viajaban a través del espacio-tiempo: a través del espacio proyectado explorando lugares exóticos, ciudades extranjeras, vías desconocidas y zonas ocultas; y a través del tiempo durante el transcurso de la película. Todo eso sin moverse. Allí, en el cine. (¿Qué diablos se vería desde las ventanillas?)

Para realizar este viaje tan solo necesitaríamos reconstruir un cine. O volverlo a abrir.

Mira, al final no ha hecho falta ni viajar al pasado ni doblegar esquinas ni atravesar dimensiones ni hostias. 

La cuestión es muy sencilla:

Tan sólo es necesario no cerrar salas de cine

Fernando Arrabal dijo una vez en una entrevista algo así como que a un físico que había hecho una teoría acerca de los viajes en el tiempo le preguntaron si era posible crear una máquina del tiempo y realizar viajes en el tiempo. El físico para su sorpresa respondió:

-Sí. Los viajes en el tiempo y la máquina del tiempo son posibles. Pero hay un problema.

-¿Cúal?

-El presupuesto

PÓSTER DE UNA PELI-CIUDAD

14 de enero de 2024 d.C. es domingo. Todavía proyectan pelis. Entremos dentro.

En el piso de arriba subiendo las escaleras y antes de entrar en las salas 2 y/o 3 hay un mural que abarca toda una pared con una entrañable y anacrónica fotografía gigantesca de: un trozo del Passeig de Gràcia (y todo recto hasta Collserola a lo lejos), un pedazo del cruce de Gran Vía, una parte de los jardines de la Reina Victoria entre arbustos y coches, y por último, y por ello más importante esta vez: la fachada del palacio marcet. 

Qué cojones. 

¡Del Cine Comedia!

El mural fotográfico además de retratar un pedazo de una Barcelona en un momento histórico determinado, fijado en un tiempo y un espacio, expresa precisamente (entendemos que gracias a unas primigenias herramientas digitales de edición de imagen) lo que sucede cuando existen cines en una ciudad: ya no se distinguen, ni importa, ni espacio ni tiempo, cuerpos o formas, vidas o muertes y la imaginación se transmuta en una materia tangible y «vivible» que se apropia y se proyecta y resuena y se solapa con la realidad, doblegando esquinas, difuminando los límites de lo posible y celebrando, como siempre, la capacidad de acceder a mundos dentro de otros mundos, ojos y cabezas, y al fin y al cabo, la posibilidad de vivir más intensamente. 

Esta fotografía mural es un pedazo de ciudad habitada por personajes de películas clásicas, infantiles y blockbusters que conviven con sus vivientes ciudadanos de lo real que los sueñan vueltos a la vida desde la emoción, la memoria, el juego y la comedia.

La Barcelona de la fotografía es una Barcelona donde un Stuart Little apunto de atropellar a Fred Astaire y Ginger Rogers hace el símbolo de Ronaldinho mientras derrapa a toda hostia esquivando autobuses turísticos con su mini skate (suerte que lleva su casquito y rodilleras (y tal vez unas bambas nuevas que le ha comprado mamá)) por un Passeig de Gràcia repleto de coches, un Terminator motorizado, un Indy perseguido por dinosaurios, el carro de caballos de Ben-Hur y el hombre sin nombre interpretando a Clint Eastwood. 

Una Barcelona donde el Batman de Val Kilmer se asoma desde una ventana indiscreta contigua a la de LB Jeff Jefferies con sus prismáticos y se cubre con su capa de los rayos solares mientras Chaplin espera a en la puerta del cine (hoy estrenan “Tu y Yo” de McCarey) sabiendo que jamás podrá ser tan bueno como Buster Keaton (ahora nombrado maquinista de honor en el tren del Metropolitan Cinemaway, no muy lejos de ahí).

Una Barcelona donde un Yoda en la senectud y un joven Sr. Spock en lo alto de una azotea divisan con cierto júbilo privado al Enterprise y al Halcón Milenario entrelazados danzando juntos en el aire. Piruetas, maniobras y volteretas imposibles en una formidable y juguetona danza de apareamiento entre naves que muchos considerarían ilegales tanto en varias regiones de la galaxia como en prácticamente todas las zonas de la federación, así como del Imperio Klingon. 

Una Barcelona donde solo los ángeles tienen alas, donde Dorothy, el Hombre de hojalata y el León visitan mareados la ciudad (está claro que ya no están en Kansas) y John Wayne pasea con las manos en sus cartucheras vacías silbando la banda sonora de James Bond mientras Peter Sellers y Jeremy Brett se dan de hostias en una esquina donde el King Kong de Peter Jackson acaricia el diamante pantera rosa colgado de una de las farolas modernistas de Passeig de Gràcia junto a decenas de huevos de Alien.

Una Barcelona donde las tiendas de alrededor del cine dejan de ser repugnantes multinacionales perpetradoras de explotación laboral donde se venden ropas, joyas, enfermedades mentales, miasmas y perfumes y se transforman en centros culturales, cines, teatros y tiendas de discos con las caras de Groucho, Marilyn, Adam Sandler y James Dean. 

Una Barcelona que rebosa historias delirantes y palomitas, entre recuerdos fílmicos y sentimientos rebobinados vueltos a la vida. Una Barcelona que se mete mano en la última fila y se besa a oscuras. Una Barcelona que espera ansiosa los días hasta el estreno. Una Barcelona que aprovecha para mear seis veces en los anuncios. Una Barcelona que aplaude en según qué tráileres. Una Barcelona que sueña y tose en silencio. Una Barcelona menos jodida y menos triste. 

Una Barcelona donde el Cine Comedia sigue abierto.

HOJARASCA PALOMITERA DE IMÁGENES

Los agrietados muros de las ciudades conservan la memoria del tiempo y de la historia y por mucho que los derrumben siguen ahí. La memoria fílmica permanece pese al alzheimer descontrolado de una ciudad que cierra cines. Los espacios recuerdan y almacenan todo tipo de información. Incluso cuando esos espacios ya no están. Eso se queda. Todos esos sonidos, luces, experiencias subjetivas y momentos se estratifican y adhieren a los espacios. 

Las paredes del Cine Comedia recuerdan. Y a veces juegan a revivir momentos. Vuelven a ver esas escenas. A veces incluso las imaginan o las inventan. Es como seguir ahí. Como si no hubiera pasado nada. Como si no hubiera cerrado. Todos esos recuerdos se recuperarán y permanecerán en el tiempo como lágrimas filmadas bajo la lluvia.

Ahí van unos cuantos recuerdos desordenados:

Recuerdo Sharkboy y Lavagirl. Recuerdo quitarme las gafas 3-D y volvérmelas a poner para ver cómo era la peli sin gafas. Recuerdo a los taquilleros del cine. Recuerdo el poster de atrás. Recuerdo el sentarme en una butaca al azar en una sala vacía y que viniera a mitad de peli una señora reclamando que ese asiento era suyo. Recuerdo a ese señor que roncaba a lo bestia y toda la sala se empezó a descojonar haciendo ruiditos para que despertara. Recuerdo El Hobbit un viaje inesperado en 48 fps, recuerdo Cloud Atlas, recuerdo El secreto del unicornio, recuerdo Monuments Men, recuerdo llorar de la emoción al ver a un Indiana Jones de 80 años cabalgando un caballo por la quinta avenida de NY, recuerdo Filth, recuerdo Interstellar. Recuerdo el tráiler de Avatar 2. Recuerdo los conciertos de Nick Cave retransmitidos en directo. Recuerdo los anuncios de las Óperas en directo. Recuerdo mearme encima de la emoción tras ver el tráiler de Piratas del Caribe 3. Recuerdo tráilers de pelis que ya no recuerdo. Recuerdo tráilers de pelis que nunca vimos. Recuerdo llegar justísimos un día de lluvia a ver King Kong 2005. Recuerdo el esconder con Rin todo tipo de bolsas de cheetos y palomitas de colores y voldams en nuestros abrigos y creer que no se nos notaban los bultos en absoluto. Recuerdo llorar al inicio de Loving Vincent. Recuerdo salir del cine feliz después de ver Matrix 4. Recuerdo muchísimos miércoles yendo al cine con mi madre. Recuerdo ver El Gran Hotel Budapest con ella sin saber qué peli íbamos a ver en una sesión llena de ancianas y salir flipando. Recuerdo el sonido de abducción alien de uno de los lavabos. Recuerdo un maratón de 25 horas con las 9 películas de Star Wars, recuerdo beber muchos redbulls, las pausas entre peli y peli comentando con desconocidos como si no hubiéramos visto las pelis ya infinidad de veces, recuerdo estirar las piernas como si fuéramos a hacer una triatlón estelar, recuerdo que los trabajadores nos iban dando comida, recuerdo que a la mañana siguiente nos regalaron churros, recuerdo acabar el maratón y no saber qué cojones hacer con mi vida, recuerdo no querer salir del cine y de esas pelis jamás. Recuerdo aquel verano en que el aire se averió y los mosquitos flotaban a nuestro alrededor por la pantalla y nos picaban, recuerdo ser muy feliz en ese momento, recuerdo sentirme genuinamente a gusto, recuerdo pensar que era una especie de cine ciénaga en 9D. Recuerdo que Teresa se equivocó y compró una entrada para un cine Yelmo de Madrid y recuerdo que no nos dimos cuenta, recuerdo al taquillero partiéndose el culo porque no entendíamos nada diciéndonos que ni de coña llegábamos a tiempo a la sesión que empezaba en 10 minutos pese a tenerla delante de nuestras narices. Recuerdo no poder ir al cine porque nos obligaron a todos a estar encerrados en casa. Recuerdo después ir al cine y dejar un asiento vacío a los lados, recuerdo tener que llevar una puta mascarilla para ir al cine. Recuerdo con 8 años comer unos 25 chicles de melón seguidos y tragarme más de la mitad, recuerdo al día siguiente el dolor de barriga y mandíbula. Recuerdo tener miedo de ir al lavabo por miedo a que viniera un Balrog. Recuerdo mirar los pósters de pelis en la sección PRÓXIMAMENTE. Recuerdo los acomodadores con las linternas. Recuerdo las sillitas rojo/azul para poner en el asiento y poder ver la pantalla. Recuerdo el día que ya no tuve que usarla. Recuerdo palomitas tiradas por el suelo. Recuerdo el olor. Recuerdo los miércoles al cine. Recuerdo palomitas de colores, recuerdo una megabola durísima como una pepita multicolor de muchas palomitas de colores unidas. Recuerdo mirar horarios. Recuerdo correr para llegar a tiempo. Recuerdo el comentar las pelis al salir. Recuerdo el quitarme los zapatos. Recuerdo el olor a pedo de uno de los que teníamos al lado. Recuerdo recibir patadas del de detrás. Recuerdo el salir hecho polvo. Recuerdo una vez que regalaban posters. Recuerdo el salir con la cabeza petada y entusiasmado. Recuerdo salir bailando. Recuerdo las revistas que daban, recuerdo mirar las fotos rápido antes de empezar la peli, recuerdo el colgar posters por mi habitación. Recuerdo estar contentísimo por el simple hecho de ir a un cine a ver una peli. Recuerdo preguntar a mis padres por qué se llamaba Cine Comedia. Recuerdo tirarme un pedo dentro del lavabo. Recuerdo sentir envidia porque mi hermana celebraba su cumple viendo ¨Robots” y recuerdo luego a ella contándome toda la peli. Recuerdo el sonido de los anuncios rebotando desde el lavabo. Recuerdo las escaleras. Recuerdo esa vez que parecía que un hombre estaba poniendo una bomba en los lavabos. Recuerdo ver ocho apellidos vascos y pensar -Vaya putísima mierda-. Recuerdo esa vez que unas monjas se equivocaron de sala y vieron con mi abuelo y conmigo “Looney Tunes de nuevo en acción” (creo recordar que, pese a todo, les gustó). Recuerdo esperar hasta que acabaran los créditos. Recuerdo buscar nombres raros en los créditos. Recuerdo el recuerdo de ver ahí un montón de pelis que no recuerdo. Recuerdo ir a hacer pis y que todo el mundo silbara levemente la banda sonora de la peli que acabamos de ver. Recuerdo el anuncio de Movie Records. Recuerdo el espacio. Recuerdo su gente. Recuerdo grandes momentos que ni me acuerdo. Recuerdo el Cine Comedia.

CANCIÓN-COLLAGE SONORO “LARGA VIDA AL CINE DE PALOMITAS” 

2021 d.C. 

(collage sonoro grabado en el Cine Comedia Sala 1 durante la proyección de Matrix 4 (tráilers incluidos))

Este es un collage sonoro que grabamos con la intención de capturar los sonidos de justo el momento a oscuras previo a la proyección de una peli palomitera así como todos esos idiosincráticos sonidos de una peli comercial y sus trailers. Tratar de capturar esa esencia sonora del Blockbuster y sus trailers característicos (subwoofer a 10000, explosiones, gritos, disparos, frases absurdas y pegadizas, sfx, hard effects, surround y hostias) así como la sonoridad de las reacciones del público dentro de la sala (risas, palomitas, silbidos y murmullos) 

Recomendamos cerrar los ojos y escuchar la canción con auriculares. Es como cinetransportarse a una de las salas del Comedia.

Al tratarse de un collage sonoro grabado allí no podíamos no incluirlo en el vídeo de despedida que tenéis a continuación:

VÍDEO “LA ÚLTIMA SESIÓN DEL CINE COMEDIA DE BARCELONA”

(antes de leer nada recomendamos primero ver el vídeo, si ya habéis leído algo antes os recomendamos rebobinar hacia adelante)

Esta es la pieza que hemos creado mano a mano para celebrar, homenajear, despedir, recordar, revivir y preservar los últimos momentos del Cine Comedia durante la última sesión el pasado domingo 14 de enero de 2024 d.C.

Este es un vídeo que sin ser la rehostia de largo intenta unificar varias ideas a la vez en una especie de cápsulavídeoensayoreportajecinemà. Por un lado es un vídeo que intenta guardar en la memoria fílmica trozos de lugares del Cine Comedia que queríamos recordar para un futuro (nos faltaron un par de salas y algún otro sitio mítico más al que no pudimos acceder por falta de tiempo), también es un vídeo que celebra con sombras chinescas, siguiendo la línea de nuestra serie de videos “CINE MÀ” la posibilidad de un cine pese a todo, con lo que sea y como sea, desde la acción, basado en la idea de la Catedral de Rodin y la frase de Godard de que dice algo así como que el cine se hace con las manos.También es un vídeo que habla sobre el cine dentro y fuera del cine y cómo desde ahí es posible viajar en el tiempo y recordar desde un presente pasado. Revisitando imágenes y haciendo que esas imágenes quizá se cuelen de algún modo en el tiempo para cambiarlo. Este es sin duda un vídeo que hemos creado para el futuro.

Gracias Cine Comedia.

Rin & Olafur 2024 d.C.

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