Santiago Segura empezó haciendo cortometrajes underground y cómics guarros hasta que un primerizo Álex de la Iglesia lo pilló para la reivindicable Acción Mutante (1993); y su relación continuó con la maravillosa El día de la bestia (1995). Poco a poco fue trabajando en otras producciones hasta que consiguió producir su propio largo: Torrente: el brazo tonto de la ley (Santiago Segura, 1998). La primera entrega fue un éxito, y una película que retrataba la parte más castiza de la sociedad española. Esa película fue el germen del éxito del director español y dio para cuatro películas más (y la sexta que está por venir, que da más miedo que una puerta en Hermano Mayor). Segura ha conseguido infinidad de veces tener la película más taquillera del año en España, y eso le ha abierto las puertas a hacer la misma película una y otra vez.
Pero hubo un momento de cambio, con Torrente 5: Operación Eurovegas ya vimos un cambio dentro del humor para con el resto de la saga. No diría que es para toda la familia, pero la película pasó de una calificación para mayores de 18 años con desnudos y humor soez a más no poder, a una cinta más tranquilita en este aspecto, con el objetivo de llegar a un público un poco más amplio. Hemos hablado de esto alguna vez en este blog, más concretamente en la editorial de diciembre: España se olvidó de reír.
A partir de ahí, no supimos nada más de la saga. Y el señor Segura hizo Sin Rodeos (2018), un remake de la película chilena Sin Filtro (Nicolás López, 2016). Una comedia blanca protagonizada por Maribel Verdú, donde parecía redimirse del humor machista y soez de sus predecesoras. Y, otra vez, taquillazo al canto.
Y ya nos encontramos con lo que nos incumbe, la infame Padre no hay más que uno (2019).
Pocas cosas positivas a decir: la cinematografía está bien hecha, Santiago Segura está curtido en este ámbito. Recuerda mucho al blockbuster americano familiar, y Segura ha conseguido replicar el estilo de dirección de películas como Niños Grandes (Dennis Dugan, 2010) de nuestro adorado Adam Sandler o de Papá por sorpresa (Andy Fickman, 2007), protagonizada por Dwayne «The Rock» Johnson. Es así, duele decirlo, pero Santiago Segura sabe lo que hace y sabe dirigir, y de estas no me sacáis.
Pero lo positivo acaba aquí. El guion es el culmen del cuñadismo hecho película familiar. Miles de chlichés y tópicos por todo lados. Lo de los clichés no tendría por qué ser malo, se puede utilizar de muchas maneras y hacerlo bien. Pero la película repite la frase «Esto parece una película de Hollywood» un total de ocho veces contadas. Atreveros a contarlo.
La película se basa en la premisa de una familia tradicional en la que la madre se va de vacaciones y el padre (un inútil total que solo vive para el trabajo y el cual no se encarga de nada en casa) se tiene que encargar de todo juntado con la carga laboral de tener que entregar un proyecto a una semana vista.
Lo hemos visto miles de veces, sí. Y eso no es lo que importa. Lo que importa es el cómo está hecho. La película se basa en ridiculizar a las generaciones posteriores a la del señor Segura, en chistes políticos (no sobre política, sobre nuestra sociedad) enmascarados en chascarrillos blancos y sin ninguna importancia. En un machismo directamente sin encubrir, un racismo hecho chistes sin ningún tipo de crítica detrás, justificado desde el «ay, pero si lo intenta hacer bien».
Al ser una película del señor Segura, está plagada de cameos del mismo nivel de ranciedad que la película: Carlos Baute, El Rubius, Boris Izaguirre, entre otros. Cameos con algunas línias que, en el caso de los personajes más relacionados con la juventud actual, se usa para ridiculizar y decir: «lo de antes era mejor».
Y os preguntaréis: Sergi, ¿a santo de qué te has puesto a ver esta película? La respuesta es simple, he acabado de comer y la daban por Neox. He pensado que verla por Neox era la mejor manera de disfrutar de tremendo despropósito. Y bueno, he pensado que estaría divertido que en la portada de Blockbuster Keaton apareciese el jepeto de Segura con una de sus películas familiares insignia.
Si os esperáis que repita la experiencia, lo dudo. Lo poco que me queda de autoestima y amor propio no me lo permitirá.
En definitiva, si tu rollo familiar es de tener un modelo de familia tradicional, pasar el día en el centro comercial, dejar a los peques en la guardería del centro e irte de compras con tu pareja, recojer a los renacuajos e irte a comer una pizza a la Tagliatella y meterte a las 17h en una sala del Mooby Las Arenas a ver lo que te recomendó tu compañero de curro que también tiene críos… Pues sí, es tu película. Disfruta de las sobras de la pizza para cenar mientras veis El Hormiguero.
1 Comment
Adamsandlerfanclub
How darE you!!
🤬🤬🤬🤬🤬🤬