Futurama sigue siendo Futurama, pese a quien le pese. Futurama empezó con cuatro formidables temporadas que finalizaron con uno de los mejores finales que hemos podido ver en cualquier serie, como es The Devil’s Hand Are Evil Playthings (2003). Cuando Comedy Central, después de cuatro películas, decidió que Futurama, después de una audiencia descomunal en sus refritos, tenía que revivir, decidió jugar un papel más parecido a la de las sitcoms contemporáneas de la época, sin traicionar al espíritu de la serie. Escogió un humor más parecido a Padre de Familia que al clásico estilo Futurama, sin traicionar al espíritu original, pero mucho más faltón. En la época, se llevaba más lo faltón, pero Futurama lo hacía con su particular estilo. Algo elegante dentro de la ciencia-ficción propia de la serie, pero con chistes impropios de la sitcom de Groening. Sin llegar a un nivel enagenado como lo serían las temporadas de Los Simpsons (1989) de la época, pero sonando más diferente de lo que nos tenían acostumbrados diez años antes. Aportándonos capítulos tan míticos como El Difunto Philip Fry (2013) (sí, es de las temporadas de Comedy Central, por mucho que os cueste aceptarlo), el infravalorado Naturama (2013) (una antología sobre la naturaleza protagonizada con los viejos confiables) o el perfecto Mientras Tanto (2013), que perfectamente podría haber sido uno de los mejores finales de una serie de animación. Aún y todo eso, Disney en su afán de querer revivir cualquier cosa muerta que pueda llegar a dar dinero, y quizás motivado por el falso tirón de la fallida Disenchantment (2018), decidió darle un tirón a los fans frikis, pero no tanto, de darnos una temporada más de Futurama. Una temporada, que como es moda, está partida por la mitad. Como intentando seguir el modelo inglés de pocos capítulos y mucha calidad, pero produciendola toda entera y imitando solo el modelo.

Habiendo dicho esto, me parece una temporada bastante buena. Me explico: Futurama es un poco como el Flying Circus (1969) de los Monty Python, hay gags que entran muy bien y de otros que son más regulares. Pero solo por la nostalgia, ya recordamos la serie entera como un gamechanging de la comedia, como podría pasar con producciones patrias como La Hora Chanante (2000) o Crackovia (2008). Gags para tirarse al suelo de reír y otros no tan recordados, un poco más regulares. Es para mí lo que le pasa a Futurama en general. Todo el mundo recuerda Ladrido Jurásico (2002), pero quizás poca gente recuerda El Día de Mamá (2000). Capítulos muy buenos y otros más reguleros, que no significa que sean malos. Pero tendimos a tirar de nostalgia y pensar que todo lo anterior era lo mejor. Es para mí lo que le pasa a esta onceava temporada de Futurama. Tiene capítulos muy memorables y otros para olvidar bastante. Y quizás has observado las puntuaciones que tiene cada capítulo en IMDB, que es exactamente lo que hago yo cuando no tengo tiempo de ver el mismo día del estreno el capítulo. La temporada empieza con un capítulo muy meta (como cada vez que los cancelan y los reviven), criticando la anterior cancelación y la cadena que los canceló, haciendo la crítica más mordaz a la sociedad del momento. En el primer capítulo nos encontramos a un Fry que intenta ver todas las series que existen como parodia a la gran cantidad de plataformas internacionales que tenemos en comparación a su resucitación en 2013, donde los fans, o teníamos la cadena Fox en plataformas de pago o nos teníamos que ir a métodos más náuticos para seguir una de nuestras series favoritas. No es el mejor capítulo de Futurama, pero para los que exigen una crítica mordaz a la sociedad actual como en las primeras temporadas, tendría que serlo. Continuamos con un segundo capítulo más mediocre, pero que para los fans nos da la satisfacción de cumplir con los tempos que tanto nos gustan que sigan las series: el nacimiento de los hijos de Kirk, justo diez años después de que nos dijeran que en ese tiempo las huevas madurarían y saldrían sus hijos. Un capítulo que nos da a tres de los personajes más memorables de la temporada y que están infravalorados. El capítulo siguiente no deja títere sin cabeza dentro del mundo de las criptomonedas, siendo Bender el protagonista absoluto y haciendo una crítica muy eficaz a ese mundo tan volátil e innecesario. Seguimos con el cuarto capítulo, en el que los miembros de Planet Express nos llevan al arenero de Mordisquitos para descubrir un mundo al más puro estilo Dune, que nos recuerda al capítulo Los Ricks deben estar locos de Rick y Morty, pero al más puro estilo Futurama. Hasta aquí echábamos de menos a uno de los personajes más recordados de las anteriores temporadas: Mamá. En este capítulo encontramos una crítica a la obsolescencia programada y a las grandes corporaciones como Amazon bajo la crítica mirada de los guionistas. No tan salvaje como podría haber sido con el elenco original de guionistas (recordemos el capítulo Attack of the Killer App, como lo hicieron con Apple), pero bastante divertida y crítica con nuestro actual sistema de usar y tirar. El siguiente capítulo probablemente sea de lo mejor que nos haya dado esta temporada: Bender y Zoidberg como mejores amigos y la vuelta de Santa Robot a partir de viajes al pasado un deleite para los más fanáticos de la serie. En el siguiente capítulo, Zapp es cancelado (2023), encontramos el capítulo más flojo. Los guionistas intentan hacer una crítica a la cultura de la cancelación que sale mal. Es como si, en How I Met Your Mother (2005) intentan cancelar al personaje de Barney Stinson, es un oxímoron. El origen del personaje ya es ser un personaje misógino que durante todo el transcurso de la serie se lo ha criticado y todas sus consecuencias han sido por este motivo y por despreciar a cualquier persona que no sea él. Me parece muy bien el intento de crítica, pero en este sentido veo errónea la elección de personaje. Como si en un capítulo intentaran cancelar a Bender por apostar y beber como un condenado, por decir dos de las cosas por las que se podría cancelar. Cancelar a Zapp Branigan es cargarse la crítica que se lleva construyendo desde el principio de la serie. Nunca ha sido el bueno y siempre se ha apropiado de cualquier logro ajeno para continuar al mando del Nimbus 3000. En el siguiente capítulo, creo que llegamos a uno de los puntos más polémicos de la temporada, el peor capítulo de la trayectoria de la serie: El Príncipe y el Producto (2023). Un capítulo que me ha recordado mucho al mencionado anteriormente Naturama (2014). Una colección de antologías de realidades diferentes a partir de una historia que se basa en cómo Leela se enamora de un príncipe extraterrestre mientras nos cuelan “anuncios” de por medio, que no són más que cortas antologías de realidades paralelas de nuestros personajes preferidos. No es el capítulo más brillante de la serie, pero no se merece el odio que ha cogido ni en IMDB ni en el propio subreddit de la serie. Siendo un capítulo de relleno, es mucho mejor que cualquier capítulo de cualquier sitcom animada del momento. Y, para acabar, como es habitual en la serie, un capítulo final para no olvidar: All the Way Down (2023). Este capítulo nos muestra simulaciones dentro de simulaciones dentro de simulaciones, con el particular toque romántico y melancólico que precede a los finales de Futurama. Lo que sería un derroche de originalidad si fuera de las cuatro primeras temporadas, pero, como ya lo hemos visto mucho en otras series que han plagiado este tipo de finales, no lo apreciamos de la misma manera. Un perfecto final de temporada y, si fuera el caso, de etapa.

Futurama se ha mantenido muy estable en esta temporada. Muchos tenían las expectativas de encontrarse con la misma sorpresa que con las cuatro primeras temporadas, pero es un imposible. Muchas de las ficciones animadas, y no tan animadas, han bebido de su humor, de su melancolía intrínseca y de su estructura para fundamentar sus series que lo que han hecho nos parece más de lo mismo. Futurama hace años que no innova más allá de sus memorables finales, sigue su fórmula y su mismo tipo de chistes, cosa que tampoco es mala. Si algo funciona, para qué romperlo. Mientras no muestre síntomas de desgaste me parece más que correcto que se mantenga así. Rick y Morty lleva años mareándonos, dándonos capítulos reguleros que los más fanáticos (entre los que me incluyo) han decidido convertir en capítulos históricos (no nos olvidemos de Pickle Rick (2017)), cuando tampoco eran para tanto. Por eso decido romper una lanza por esta nueva etapa de Futurama. Le ha costado un poco encontrar su nuevo rumbo dentro de la animación para adultos actual, pero poco a poco se ha ido encaminando y, en unos años, miraremos con nostalgia esta temporada y lo que ha significado para la serie, aunque algunos se empeñen en criticar por criticar.

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